El gol de la discordia


Triquiñuelas aparte, llegó la hora de la verdad. Sentado frente a todos, en calidad de oveja descarriada, gritos de hinchas y pupilas amenazantes me acribillaban.

La rueda de prensa era una encerrona. ¿Cómo explicar lo inexplicable? El contrato mantenía mi culo pegado a esa silla, mientras buscaba las palabras justas que aquel auditorio debía escuchar.

El míster, con aparente calma, me cedió la palabra.

─ Bueno, el chute de Lolo me ha pillado desprevenido, el balón ha chocado con mi cabeza, ha quebrado su trayectoria y ha entrado por la escuadra de la portería. Son cosas que pasan.

Un exaltado, tomó sin permiso la palabra.

─¡Sí, claro! ¿Desde cuándo un gol metido gracias al cabezazo de un árbitro es algo normal?

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