Beso nocturno


Me obligó a vestir de etiqueta, a alquilar una limusina negra y recogerla  para ir al baile.  Su padre me estrechó la mano y  su madre soltó unas lagrimitas. Prometí llevarla a casa antes  de las doce de la noche.

Mi rólex de mercadillo dejó de funcionar y, al besarla, sufrió la metamorfosis.

Ahora, sus padres y un ejército de ranas enojadas me persiguen. No sé si lograré salir indemne de ésta.

Desde que me convertí en príncipe,  cada vez que beso a una chica pasada la medianoche, aumenta el censo de anuros de la población.

14 comentarios:

  1. Primeras citas, príncipes diferentes, ranas vengativas, relojes de mercadillo...
    Gracias: me gustó.
    Un abrazo.

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    1. Quizás leí demasiados cuentos durante mi infancia y el ácido sulfúrico de la madurez los ha distorsionado un poco.

      Gracias a ti por pasar y comentar.

      Un fuerte abrazo.

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  2. Me ha gustado esta forma de darle la vuelta por la manga a la leyenda, Yolanda. Me parece destacable la intertextualidad bien moldeada.

    Un saludo,

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    1. ¿Y si el príncipe te besa y te convierte en rana? Una pregunta que me rondaba por la cabeza desde que leí el cuento de los hermanos Grimm.

      Gracias Pedro. Con tus bellas palabras, me dejas sin aliento.

      Un saludo.

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  3. Yolanda, y es que los cuentos a veces... se lían y se convierten en realidad. Buena vuelta de tuerca a ese clásico, que no todos los príncipes son lo que parecen.

    Un abrazo fuerte.

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    1. En 2010, realicé un circuito por Alemania llamado "La Ruta de los Cuentos". Descubrir los paisajes y ciudades que inspiraron a los hermanos Grimm y escuchar de nuevo muchos de aquellos cuentos de mi niñez, fue altamente gratificante.

      Creo que algunos cuentos pertenecen a esa parcela de nuestra imaginación que los mantiene a raya. Pero, otros parodian tan bien la realidad que da miedo leerlos.

      Un fuerte abrazo.

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  4. Después de leer este micro, imagino la siguiente escena en palacio:

    - Leti, cariño, ¿podrías dejar de croar un rato? No puedo concentrarme en la lectura de tu editio princeps de Figaro.
    - Croac, croac, croac...
    -¡Bruja!
    -¡Gazmoño!

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    1. Como anillo al dedo. Me quito el sombrero.

      Con la risa que me ha entrado, creo que ya he cumplido la penitencia que tenía pendiente.

      Un abrazo.

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  5. Vengo a devolverte la visita y me encuentro con un cuento ¡me encanta! Son mi debilidad y éste tuyo transmite a la perfección la magia de un cuento: puedo ver perfectamente a los padres, seguidos de un montón de ranas, persiguiendo a tu protagonista para zurrarle. Me quedo por aquí. Un abrazo

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    1. Me alegra compartir contigo esta debilidad, Nieves.

      El fantástico mundo de los cuentos es demasiado mágico como para no atreverse, en alguna ocasión, a meter nuestras letras en él.

      Jugueteando con este clásico, acabé rodeada de impertinentes ranas que no me dejaban besar al príncipe para devolverlo a la charca de la que nunca debió salir. Jajajajaja

      Un abrazo saltarín.

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  6. Tienes la habilidad de destrozar mitos trasnochados con sólo unas pocas líneas. Un alarde de imaginación sobre un espejo que nos devuelve una realidad que creíamos distorsionada y tal vez sea la única verdadera.

    Si te pasas por un lugar que ya conoces, busca un artículo "Cansada de besar sapos". Me lo recordaste, simplemente...

    Un abrazo con sabor a ancas de... principe? ;)

    Rubén

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    1. No sé si será una habilidad eso de "destrozar mitos trasnochados". Casi suena a sacrilegio, jajajajajaja.

      Muchas gracias por pasar y comentar, Rudo. Luego busco ese artículo y lo leo.

      Otro de vuelta para ti, con cariño y, esta vez, con sabor a muslos de codorniz.

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  7. Por cierto, lo olvidaba: agregada a la lista "Cosas que me interesan" en mi blog Meros indicios.

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