Racimos de miedo


 ─Vigila tus pies. Pisa  sobre las otras pisadas y no pasará nada.
           Crecí con el miedo pegado a los talones y deseando que me saliesen un par de alas para poder escapar. Con los años, comprendí que nunca se cumpliría mi deseo.  Aún hoy,  me aferro a la sombra de alguien y sigo sus pasos.  



 

4 comentarios:

  1. Hola Yolanda! Cómo vas?
    Sigo leyendo todo lo que escribes, me encanta lo que escribes, este en particular me gusto mucho. Como los autos de Rally que manejan sobre las pisadas del auto anterior para no agarrarse ninguna piedra.
    Quienes quieran ser los valientes de correr el riego de agarrarse las piedras, bien por ellos!

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  2. Qué alegría leerte de nuevo Eugenia. No sabía que los autos de Rally hacían eso. Una cosa nueva que he aprendido hoy.
    En realidad tiene un fondo más triste de lo que parece, aunque creo que nadie ha visto lo que intenté plasmar en él. Otra vez intentaré aplicarme más.
    Acababa de leer un artículo sobre mutilaciones en niños producidas por las bombas de racimo. Se me encogió el corazón y me salió este extraño micro.
    De todos modos, bien podría ser algo como lo que tú dices. Gracias.
    Un beso.

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  3. Me gustó mucho este microrrelato. Quizás vi reflejada parte de mi propia vida. Es cómodo pisar sobre terreno recorrido ya por otros, pero nos impide crear nuestras propias rutas, nuestras propias aportaciones al camino de otros.

    Gracias por la historia.

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  4. También me gusta tu forma de verlo, Julio.

    Creo que, aunque pisemos el terreno recorrido ya por otros, ello no significa que no creemos nuestra propia ruta.

    Adaptando una cita de John Ruskin, te diré que "En el camino, no solo aprendemos cosas que no sabíamos, sino que esas cosas hacen de nosotros alguien que no existía"

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