Dadme una prórroga

Criada entre nubes de algodón, fui única en mi especie y alcancé una madurez dorada que nadie podía esperar.

Apartada de mis semejantes, trabajé más duro y más tiempo, creyendo que la fortuna nunca me iba a dejar.  Pero colmó la avaricia el vaso y  no pude descansar, ya no hubo más masajes ni música celestial.

Fue por ello que hice huelga y me vinieron a buscar. Era un hacha la que hablaba y me supo asustar.  Dadme una prórroga, os lo ruego, no me vengáis a matar. Que otro huevo de oro fino está a punto de saltar.

2 comentarios:

  1. Yolanda, la avaricia es un defecto que te convierte en infeliz y como se demuestra este relato, puede matar. Pobre gallina de los huevos de oro. Es que no se puede ser tan especial.

    A la próxima. Me gustó.

    Un abrazo.

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  2. La lectura de una noticia de actualidad, me recordó la gallina de los huevos de oro.
    Irónicamente, hallé un lugar para la frase "Dadme una prórroga".

    Gracias por tu comentario, Nicolás.

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