Tañido surrealista

Mi hija Noelia, tocando el badajo de la vieja campana de la abadía de Corvey (Alemania, 2010)

El ronco badajo de la campana recibió al  nuevo milenio mientras un ejército de corazones  helados despedía su alma. ¿Había llegado el fin de los tiempos?
        No. Eran botines de guerra reclamados por Lujuria. La todopoderosa decidió pasarlas por la guillotina. ¿Qué haría un mundo sin almas?
        ¿Quién puede decapitar un alma si no tiene cabeza? Eso es propio de la Revolución Francesa.
        ¡Ea, pues! Que regresen las almas a sus cuerpos, que no tienen derecho a  vacaciones.


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 (Nota al pie engrandecida siguiendo el sabio consejo de mi amigo Janial)
 
Este micro fue resultado de un arrebato automático de escritura, fruto de la propuesta realizada en el programa de Radio en Colectivo de Mislata de 20 de noviembre de 2012. La idea era concentrar tres palabras (alma, lujuria y revolución) en un relato surrealista. Aquí lo dejo, para quien guste leerlo sin lupa. Su lectura fue radiada el 27 de noviembre de 2012 en ese mismo programa.

 

9 comentarios:

  1. Sería bueno que la nota al pie fuese un poco más grande. Ni con gafas de cerca he sido capaz de leerlo. He necesitado una lupa.
    Un consejo: no es bueno tocarle el badajo a las campanas. A veces se enfadan. Y pasa lo que pasa.
    ¿Qué haría un mundo sin almas? Ahí te has dejado llevar por una reflexión, chirría un poco, desde mi punto de vista, con el resto, que es pura escritura automática. Muy bueno.

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  2. He seguido tu sabio consejo, Janial. La verdad es que siendo yo miope, no debí dejarme llevar por cuestiones de estética. Así, yo también lo leo mejor.
    Ya le dije a mi hija que no alargase tanto el brazo porque se podía caer, y faltó poco, créeme.
    No estoy hecha para la escritura automática, lo sé. No puedo dejar mi cabeza de lado y las reflexiones me asaltan sin querer. De todos modos, ya que lo escribí durante los tres minutos que duraba la canción y superé el reto propuesto, lo he incluído entre mi montón de historias.

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  3. Yolanda, muchas gracias por una infinidad de cuestiones. Por seguirnos en la radio, por querer participar en esta y otras propuestas, por animarnos como lo haces, y sobre todo, por ser como eres.

    ¡Moltes gracies!

    Un abrazo fuerte.

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    1. La agradecida soy yo, Nicolás. A través de tu blog, he encontrado otros muchos que merece la pena visitar.
      En cuanto a la radio, me pareció una idea fantástica el día que lo anunciaste en tu blog. Mientras pueda seguiros, lo haré, aunque sea un día después, o tres, o cuatro. Jajajaja

      Lo de ser como soy, pues bien, lo tomaré como un cumplido.

      Qué os vaya muy bien en el programa de hoy. Lo escucharé en cuanto pueda.

      Un beso.

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  4. Más allá de la reflexión a la que alude Janial, y considerando que hablamos de un ejercicio de escritura automática, si de algo nos da la pauta esta pieza es de la madera que atesoras, Yolanda.

    Un abrazo,

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    1. Muchas gracias por comentar.

      Debe ser madera de naranjo.

      Recuerdo una vez que fui con mi padre a recolectar naranjas. Me clavé una astilla en la herida que me hicieron los alicates.Luego, aprendí a cogerlas con guantes. Puede que, algo de esa madera astillada ande corriendo dentro de mí. Sí. Jajajajaja

      Un abrazo, Pedro.

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  5. Buen ejercicio. Me gustó ese aroma surrealista.
    Un abrazo.

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