Cuando el oculista me preguntó si
veía la letra pequeña, me lancé a la
conquista y acerté las grafías de pura casualidad. ¡Machote que es uno! Hoy me
arrepiento de ello. Las cláusulas de este contrato parecen estar escritas con letra tamaño XXS.
Siempre me han gustado las historias. Un relato, un cuento, una poesía, una novela o una noticia captan mi mirada. Siempre hay un texto que encaja en cada momento de nuestras vidas. He vuelto a escribir. Espero que te gusten mis historias. Gracias por estar ahí y dedicarme parte de tu tiempo.
Yolanda, mi profesor de Derecho Romano siempre nos recalcaba que antes de firmar cualquier documento había que leerlo tres veces y con mucho tiempo. Hay clausulas que eliminan a otras e incluso todo el contrato. Cuidado con ellas.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias Nicolás. Yo también cursé Derecho Romano hace más de veinte años y guardo muy buen recuerdo de esta asignatura. Mi profesor, seguramente, habría hecho buenas migas con el tuyo.
ResponderEliminarYo una vez, miope como soy, hice algo parecido...Lo del oculista, no lo del contrato...
ResponderEliminarMuy gracioso/irónico, Yolanda.
Saludos.
Muchas gracias, CDG. Bienvenido.
ResponderEliminarYo también soy miope, ¡Qué le vamos a hacer! Pero prefiero portarme bien cuando voy al oculista, no sea que luego me den gato por liebre.
Saludos.